domingo, 31 de agosto de 2008

SECRETOS


Bien, vamos allá con otro de esos post interminables que no interesan a nadie pero que, de forma extraña, me apetece escribir de cuando en cuando.


Cuando a alguien le sueltan la palabra "comic", impepinablemente se tiende a pensar en tebeos de los comunmente llamados superheroes. No es que me parezca mala cosa, todo hay que decirlo, ya que son dos conceptos de van estrechamente cogidos de la mano. Pero si me gustaria dejar claro que hay otro tipos de....vale, no digamos "comics", digamos mejor historietas gráficas y que, todos (o casi todos) hemos leido alguno que otro a lo largo de nuestra existencia. Yo, de canijo, y debido a mi tremenda ansia lectora, fue normal que tambien me introdujese en el mundo de los tebeos y, aunque no distinguía muy bien las diferencias, ni me fijaba especialmente en guionistas o dibujantes concretos, si veía que algunas cosas que leía me gustaban bastante más que otras, y que no todos los tebeos eran iguales; estaban los de superheroes (Spiderman, Superman, Linterna Verde, Capitan America...aun era muy pronto para distinguir entre Marvel y DC), los de tematica mas infantil (Mortadelo y Filemon, Zipi y Zape, Rompetechos, etc), Asterix, Tintin, Percival y un larguísimo etcetera de los que luego supe que se consideraban "comic europeo" o BD. A mi me daba igual, yo leia de todo sin ningún tipo de prejuicio.


Pero hubo unos comics que me impactaron sobremanera y que, cada vez que conseguía que uno de ellos cayese en mis manos, guardaba como un tesoro. Y esos eran los comics de terror.. Clasicos como "Vampus" o "Creepy" amenizaron muchas de mis noches, sumergiendome en sus horripilantes historias (yo era bastante canijo, no lo olvidemos) que encima llevaban impresa la leyenda "recomendado para lectores adultos", por lo que a la sensacion de terror que se apoderaba de mi mientras los leia se sumaba esa especie de atracción que tiene en los niños todo lo que oliese a prohibido.


La estructura de estos comics era basicamente la misma en todos: un anfitrion, que bien podia ser "el guardian de la cripta" o "el tio Creepy" nos introducia de forma comica y macabra en cada una de las historias de que se componia cada numero de la revista. Ahora se que grandes artistas, como Richard Corben o Esteban Maroto dibujaban algunas de las historias, pero entonces sólo sabia que eran la releche, y que me gustaban y me gustaban mucho.


Y así fue como conoci "La Casa de los Secretos".


Era una colección publicada por DC Comics que, hasta su numero 73, en un principio era bastante mediocre, con personajes de lo mas insulso que se continuaba de numero en numero, cual serial de television barato. Pero en los años 70 todo cambió. La serie tomó un nuevo enfoque, y la "casa" pasó a ser algo real (tan real como puede ser un personaje de comics). La casa fue construida por un senador de Kentucky, solo con materiales de su tierra y, al morir este, pasó por varias manos hasta acabar, de forma bastante comica situada en el borde de un cementerio, a 200 millas escasa de la frontera de Kentucky. La casa tuvo entonces un nuevo cuidador, Abel (si, si, y su hermano Cain fue guardian de otra casa, la "Casa de los Misterios", situada en el otro borde del cementerio) cuya gran pasion era contar historias. Y asi, numero a numero, el gordinflon y cobarde Abel nos iba relatando relatos de misterio, terror y ciencia-ficcion. El nivel de la serie subio bastante, contando con grandes dibujantes y guionistas bastante competentes. ¡Coño, si hasta la mayoria de las portadas eran obra de Neal Adams! Pero fue en su numero 93 donde tuvo lugar EL ACONTECIMIENTO, si, asi, con mayusculas, ya que, en este numero, fue creada "La Cosa del Pantano", con un impresionante Bernie Wrighston a los lapices...después adquirio colección propia, luego llegó Alan Moore y el resto, como se suele decir, ya es historia...pero eso os lo contare en otro momento. Baste decir que, gracias a colecciones como esta "Casa de los Secretos" crecio mi afición lectora, mi pasión por la literatura y el cine de terror y, en definitiva, por gran parte de las cosas que me apasionaron desde entonces.


Solo por eso mereció la pena abrir la puerta y pasar algún tiempo en aquella vieja y ruinosa casa, al borde de aquel lúgubre cementerio, escuchando a ese gordinflón llorica y tembloroso contar sus tétricas historias...

4 comentarios:

chopitosmum dijo...

Pero qué bien me lo paso cuando nos das tus lecciones.
Ahora a ver dónde los encuentro yo para leérmelos.
Besotes.

keitaro0 dijo...

Pues si prometes cuidarlos y te defiendes con el ingles, yo mismo te los dejo muchachilla ;)

Adrián dijo...

Mas material para mis adicciones varias.

Por cierto, el otro dia me pille y lei the Boys.

Que grande tio...

keitaro0 dijo...

Yo la estoy siguiendo en amerikaner (cosa de ser frikachuelo) y es una macarrada de tres pares de cojones